Los yacimientos del Berrueco se suceden unos a otros en su ocupación temporal. El abrigo de la Dehesa tiene ocupación paleolítica, durante el neolítico final-calcolítico se ocupa La Mariselva, y a partir de la edad del Bronce, El Berroquillo, cerrete situado al sureste del Berrueco. El Berroquillo tiene por vez primera carácter de control del entorno y vocación defensiva al instalarse en altura. En época del Bronce final el asentamiento se traslada a Cancho Enamorado, en la cumbre del Berrueco, una posición más dominante y defensiva. Los materiales del horizonte Cogotas I son los más abundantes en Cancho Enamorado, con perduración en época orientalizante. En el Bronce final o comienzos del Hierro el asentamiento pasa a Los Tejares (yacimiento en llano sin defensas y con un posible templo) y Las Pardejas (castro fortificado en la vertiente del cerro perteneciente a Avila)
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