BREVE HISTORIA DE LA BIBLIOTECA DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE AMIGOS DE LOS CASTILLOS, DESDE SU CREACIÓN EN EL AÑO 1952 HASTA EL MOMENTO ACTUAL.
Durante el año 1952, una vez finalizados los trámites necesarios para llevar a cabo la creación de la Asociación Española de Amigos de los Castillos, en la Asamblea General de la misma, que se celebra el día 7 de Diciembre de dicho año, se acuerda nombrar una Junta Directiva para que los miembros que la integren puedan comenzar, cuanto antes, aquellos trabajos que ya habían quedado definidos en los Estatutos Fundacionales de dicha Asociación.
La presidencia de la misma recae en el Excelentísimo Señor Don Juan de Contreras y López de Ayala, marqués de Lozoya, nombrándose a continuación tres vicepresidentes, un secretario, tesorero, contador interventor, archivero-bliotecario, que es designado Don Federico Bordejé y Garcés y dieciseis vocales más. (1)
En los artículos de dichos Estatutos Fundacionales quedaban indicadas las labores que dichos miembros de la Junta, deberían de acometer y entre ellas las de “...llevar a cabo la creación de varios ficheros de monumentos y bibliográficos, con una biblioteca y archivo especializado, donde se recojan todas la publicaciones nacionales y extranjeras y que las actividades y proyectos que realice dicha Asociación, queden manifestadas en un Boletín para su mejor conocimiento...”.
Teniendo en cuenta, que entre los miembros de esta junta del año1952 se hallaba como Archivero Bibliotecario Don FEDERICO BORDEJÉ Y GARCÉS, será el primero que desarrolle la labor bibliotecaria y documental, de la forma que venía manifestado en los referidos Estatutos.
No obstante, debemos señalar que son muy pocas las referencias que tenemos de las primeras actuaciones en su nuevo cargo, pero es fácil comprender la serie de dificultades que encontraría para llevar a cabo la creación de la biblioteca, comenzando por la falta de sede propia que obligaba a la Asociación a utilizar las de otros organismos, que atentamente se las cedían y que fueron varias, citaremos la de la Revista Geográfica Española, el salón de actos de Ingenieros civiles de España en Alcalá 45, la Dirección General de Turismo o el Museo Romántico, entre otros, y además por la escasez de recursos económicos que pudiera disponer; bien es verdad y así lo entendemos, que considerando la serie de personalidades culturales que pertenecían a la Asociación, todas apasionadas por los castillos, y que dejaron importantes publicaciones sobre los mismos, donarían un ejemplar de sus trabajos contribuyendo de esa forma, a integrar los primeros fondos bibliográficos de nuestra biblioteca.
De estos años que Don Federico Bordejé está al frente de la misma, observamos - a través de las actas de la Asociación - las escasas noticias que se tienen del trabajo que pudo acometer, pero por sus diferentes publicaciones y sobre todo por aquellas personas que le conocieron y trataron, sabemos de su extraordinaria valía.
En dichas actas, que reflejan la vida de la Asociación, observamos que constantemente se le requiere para realizar diferentes ocupaciones, unas veces encargándole conferencias, que debían ser verdaderas lecciones de castellología, otras veces por su trabajo de campo llevando a cabo una serie de dibujos, planos, bocetos y fotografías, con sus oportunas explicaciones sobre los castillos que visitaba, o encargándose de la Sección de Viajes, que los que le conocieron recuerdan sus interesantes relatos, o cuando llevaba la Sección Técnica Histórica o formaba parte en los trabajos del Boletín.
En diversas ocasiones, asumió la representación de la Asociación, citaremos cuando se le designa para formar parte en el jurado de admisión de fotógrafos, en el Concurso de Castillos de España que organizaba Manufacturas Fotográficas Españolas, o como ocurre en el año 1960, cuando la Junta Directiva toma el acuerdo de aumentar una sección más, formada por un arquitecto y un ingeniero militar, que recae en Don Luis Cervera y en Don Antonio Sarmiento, y se propone en la misma que esté en ella también Don Federico Bordejé.
Fueron muchos sus innumerables méritos, citaremos, entre otros, los de Comendador de la Orden de Isabel la Católica y del Mérito Civil, Caballero de la Orden de Leopoldo II de Belgica, del Castillo de Santa Cruz de la Mota, Correspondiente del Museo del Ejército y sobre todo, que fue socio fundador y Medalla de Oro de la Asociación Española de Amigos de los Castillos, y nuestro primer bibliotecario.
En dicho año 1960, encontramos en las actas de la Asociación el nombramiento de DON José Sanz y Díaz como presidente de la Sección de Bibliografía y Archivo, otras veces se dice Biblioteca y Archivo, y que según manifiesta a los miembros de la Junta Directiva sus deseos son los de “...actuar de manera intensa en las actividades propias de la sección que preside”.
Nuestra idea ha sido, como es lógico, llegar a conocer las realizaciones que deseaba llevar a cabo al frente de la mencionada sección, pero son tan escasas las referencias en las actas citadas, y tan pocos los datos que hemos podido obtener, que nos ha resultado imposible dar una reseña cumplida de sus actividades durante aquellos años.
Sabemos que en el mes de Mayo de dicho año notifica a la Junta Directiva, que se han reunido los componentes de la Sección de Biblioteca, y que después de nombrar vicepresidente al presbítero Don Florentino Zamora Lucas y secretario al señor conde de La Cañada, “trazó un plan de actuación intensa que se proponía desarrollar, y que dará cuenta del mismo a medida que se fuese convirtiendo en realidad”.
En el mes de Diciembre del mismo año, se le designa para desempeñar la presidencia de la Sección Técnico Histórica.
Es una pena, repetimos, desconocer más datos de la actuación como bibliotecario del señor Sanz y Díaz, pero consideramos que sus actividades serían de gran valor para la Asociación Española de Amigos de los Castillos cuando se le nombra, sucesivamente, Presidente de otras serie de secciones.
El tercer bibliotecario de nuestra Asociación fue el Reverendo Padre Don Florentino Zamora Lucas, nombrado por la Junta Directiva en el mes de Febrero del año 1970, aunque con anterioridad, como hemos visto anteriormente, ya constaba como miembro de la mencionada Junta de Biblioteca.
De origen soriano, licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Zaragoza, pertenecía al cuerpo facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, siendo destinado a la Biblioteca Nacional, donde trabajó hasta su jubilación. Entre los puestos que allí ocupó están los desempeñados como director de la Sección de Revistas y de Raros e Incunables.
Fue un gran archivero bibliotecario, que se encontró lo mismo que le había sucedido a los que le precedieron en el cargo, la falta de espacio para instalar la biblioteca y de medios económicos para adquirir libros y material , tan necesarios para su buen funcionamiento.
Ya hemos comentado que en el año 1960, en la época de Don José Sanz y Díaz, que reúne la Comisión de Bibliotecas, se le nombra Vicepresidente de la misma y se habla de preparar un extenso plan de trabajo.
En el año 1962, la Junta Directiva le encarga una relación detallada de los artículos publicados en nuestro Boletín, llegando a cubrir hasta el número 40, como la realización de este trabajo lo hizo de manera técnica, pero práctica a su vez, resultó de gran utilidad a cuantas personas lo consultaban.
Hemos de señalar que la continuación de los números siguientes de dicho Boletín, lo llevará a cabo de una forma sencilla pero interesante nuestra asociada Doña Juana Esteban – Juanita, como cariñosamente la llamábamos – que solía acudir a la Biblioteca un día a la semana y, donde se preocupaba de recuperar los artículos que sobre castellología se publicaban en diversas revistas. La Junta Directiva para premiar esta desinteresada colaboración, tomó el Acuerdo de concederle la Medalla de Plata de nuestra Asociación.
En 1971, comunica el Padre Zamora a la Junta que ha quedado instalada en la biblioteca una estantería que el ha donado, y que en su opinión hay una cantidad de revistas, que deberán ser retiradas por que su contenido no resulta necesario para el cumplimiento bibliográfico de dicha Biblioteca, y que por otra parte ha procedido a encuadernar algunos interesantes volúmenes, añadiendo finalmente que “todo está dispuesto para que cuantos libros figuren en la Biblioteca puedan ser utilizados por los que lo deseen”.
No hemos hallado más referencias de los siguientes años que estuvo al frente de la misma, pero conociendo sus grandes cualidades como bibliotecario, no dudamos que pondría todo su empeño en realizar cuanto le fuera posible para su mejor funcionamiento.
La muerte le llegó el 21 de Marzo de 1975, dejando un gran vacío no sólo entre los miembros de la Junta Directiva, sino de cuantas personas tuvieron la satisfacción de haberlo conocido.
En el mes de Enero del año 1975 es nombrada miembro de la Junta Directiva Doña María Rosario Bienes y Gómez-Aragón, licenciada en Filosofía y Letras, Historia y Archivera Bibliotecaria de la Diputación Provincial de Madrid. En aquella época continuaba al frente de nuestra biblioteca el Reverendo Padre Zamora, pero su delicado estado de salud le impedía asistir a las reuniones que celebraba la mencionada Junta.
La primera gestión que lleva cabo María Rosario Bienes fue motivada por la sugerencia que hizo en la Junta Directiva, Doña Agueda Castellano, miembro de la misma, sobre el problema que existía en nuestra sede – entonces situada en la calle Génova – de falta de espacio donde poder almacenar los números repetidos de la revista y que se necesitaba encontrar una salida urgente, para tratar de solucionarlo se ofreció la señora Bienes, que ocupaba y desempeñó durante muchos años los cargos de Directora del Servicio de Archivos y Bibliotecas de la Diputación Provincial de Madrid, y después de la Comunidad y Subdirectora del Centro Coordinador de Bibliotecas de la Provincia, para proceder a la distribución de dicha revista entre las Bibliotecas Públicas Municipales establecidas en los pueblos, pues de esa forma a la vez que se divulgaba la labor que venía realizando nuestra Asociación, se solucionaba el problema planteado.
Con motivo del fallecimiento del Padre Zamora en el mes de Abril de dicho año 1975 y quedar vacante el cargo de bibliotecario, a propuesta del Presidente de la Junta Directiva Don Antonio del Rosal y Granda, marqués de Sales, y con la confirmación de todos lo miembros de la misma, se designa a la citada DOÑA MARÍA ROSARIO BIENES, bibliotecaria de la Asociación Española de Amigos de los Castillos, agradeciendo ésta la confianza que le habían demostrado con dicho nombramiento y añadiendo por su parte que correspondería procurando desempeñar esta función de la manera más satisfactoria, pero a la vez sugiere la conveniencia de conseguir una persona que colabore con ella en esta tarea, así como la necesidad que existe de adquirir ficheros mobiliario, libros de registro, fichas y demás material necesario para empezar con las tareas propias de la biblioteca.
Por deseo de la Junta Directiva, la bibliotecaria se entrevista con la familia del Padre Zamora, para tratar de adquirir los libros que éste tenía en su biblioteca particular, referentes a castellología, de lo que es informada por sus herederos, que por deseo expreso del fallecido se habían donado todos los fondos bibliográficos a la Biblioteca Pública Municipal de Soria, lugar del que era oriundo el citado padre.
Desde el primer momento encuentra la citada bibliotecaria una gran colaboración con varias asociadas, como son Doña Juana Esteban, Doña María del Mar Capitán y Doña Angeles Benavides, que acuden a la biblioteca un día a la semana y que tras recibir unas clases de Biblioteconomía, y gracias a su desinteresada ayuda, se pone en funcionamiento nuestra Biblioteca, motivo por el que se solicita a la Junta Directiva reconozca de alguna forma la colaboración prestada acordándose agradecerles esta labor y concederles un diploma, cuya entrega se efectuará con motivo del Día Nacional de los Castillos.
También hay que añadir que el resto de la semana, si acudían lectores a la biblioteca, eran atendidos eficazmente por Doña Angeles López Herranz y Don Antonio Cué , empleados de la Asociación.
Como se dispone de pocos medios económicos para la adquisición de libros, se solicitó una ayuda económica a la Dirección General del Patrimonio Artístico y Cultural del Ministerio de Educación y Ciencia y por Orden Ministerial de 8 de Julio de 1975, se le concede a la Asociación Española de Amigos de los Castillos una subvención de 80.000 pesetas que se dedicará íntegramente a la compra de libros, entre ellos de castellología, de los siglos XVI, XVII y XVIII, el Summa Artis, el Ars Hispaniae, se completa a su vez el Madoz, la Historia de España de Menéndez Pidal, de los tomos publicados hasta entonces, los dieciocho volúmenes de Antonio Ponz titulado “Los viages [sic] de España ...”, una serie de enciclopedias y diccionarios y, como es lógico, los de Catalogación y Clasificación Decimal Universal, necesarios para llevar a cabo la labor bibliotecaria.
Se atiende al intercambio de revistas españolas y extranjeras con diversas Instituciones y se recuerda a la Junta directiva se liquide la subvención recibida dentro del ejercicio económico, a fin de poder solicitar otra similar para el próximo año, así se hace, obteniendo otra de igual cuantía. También son donados por el Servicio Nacional de Lectura dos ficheros muebles y un lote de libros.
Una vez que todos los libros son registrados, clasificados, catalogados, sellados, etc, se organizan los ficheros siguientes, un Catálogo Diccionario, redactado con arreglo a las instrucciones para la redacción del Catálogo Alfabético de Autores de las Bibliotecas Públicas del Estado, con las referencias necesarias, un segundo formado con arreglo a la Clasificación Decimal Universal y, por último, un Topográfico que permite una rapidísima comprobación del fondo de la biblioteca.
Los libros en rústica, que sufren como es lógico, mayor deterioro con el uso, se encuadernan teniendo en cuenta sus condiciones de antigüedad, o de más o menos uso.
Tratándose de obras de difícil adquisición en el mercado, a veces por su rareza y la mayoría por ser ediciones reducidas las que solían hacer sus autores, la lectura se efectuaba en sala y solamente estaba establecido el préstamo a los miembros de la Junta Directiva que los necesitasen para poder realizar algún trabajo durante un período de 15 días, pues había que comprender que si bien los fondos no eran numerosos, tenían un valor muy estimable.
A principios de los años noventa se toma el acuerdo de poner el nombre de Don Federico Bordejé a nuestra biblioteca, no sólo en atención a los numerosos méritos que siempre había demostrado como castellólogo, sino por ser miembro fundador y primer bibliotecario de la Asociación Española de Amigos de los Castillos.
En 1998, debido a la falta de asociados que pudieran prestarse para colaborar en los trabajos pertinentes de la Biblioteca Federico Bordejé, como había sucedido en épocas anteriores, se expone a la Junta Directiva la necesidad de encontrar dos personas debidamente capacitadas que la puedan atender diariamente y durante el mismo horario que se tiene establecido para las oficinas de la Asociación. Con tal motivo se nombran dos becarias, cuya designación recae en Doña Rosa Cardero Losada y Doña Inés Sánchez Vallejo, licenciadas en Filosofía y Letras - Geografía e Historia -, ambas con Cursos de Biblioteconomía y Documentación e Informática.
A consecuencia de las nuevas técnicas bibliotecarias que se estaban estableciendo en las Bibliotecas Públicas del Estado, se determina aplicarlas en la nuestra, procediendo a la automatización de sus fondos, y comenzando por la recatalogación de los mismos de acuerdo con la última Edición Revisada de las Reglas de Catalogación del Ministerio de Cultura de 1995.
Se inicia con monografías específicas de castellología, para realizar seguidamente las de las Secciones de Historia, Arte y Arqueología, continuando con el vaciado de temas recogidos en la publicaciones periódicas existentes en la biblioteca, así como de las que se van recibiendo a lo largo del año.
En el mes de Enero de 1999 se lleva a cabo la reconversión del Catalogo Manual existente a soporte informático, a través del Programa de Gestión Bibliotecaria Bibliodoc. Pero como el proceso de conversión y actualización de los catálogos requiere un seguimiento constante de control para unificarlo, detectar posibles errores y, en su caso, corregirlos, se realiza esta tarea de forma periódica, continuando a su vez, como es lógico, con el proceso técnico de la Biblioteca, de la misma forma que se venía elaborando.
La atención al usuario se efectúa no sólo en sala, sino con la reproducción de sus fondos, ajustándose a la Ley de Propiedad Intelectual vigente, así como dando información bibliográfica a cuantas personas, entidades o empresas, entre otras, lo soliciten bien telefónicamente, por correo postal, electrónico, o fax.
Tras la creación de la página web de castillos, se elabora un texto adecuado para nuestra Biblioteca, procediéndose a darle forma, considerando las características propias de la misma; finalmente se lleva a cabo la adaptación al nuevo programa Bibliodoc 2.0.
Actualmente, atendiendo a peticiones de diversos usuarios que lo han solicitado, se les está proporcionando la información requerida del Inventario de Arquitectura Militar, llevado a cabo por nuestra Asociación, bajo la notable dirección de Doña Yvette Hinnen de Terol.
Debemos añadir a lo que venimos relatando, que gracias a la valiosa labor desarrollada por doña Rosa Cardero Losada y doña Inés Sánchez Vallejo, que atienden la biblioteca con verdadero interés y responsabilidad, funciona a satisfacción de cuantas personas necesitan consultar nuestros Fondos Bibliográficos, que hoy ascienden a 3.400 volúmenes incluidas todas las secciones que la componen, y a su vez se sigue manteniendo el intercambio de revistas y publicaciones con diferentes Instituciones, llegando su número a 94 españolas y 14 extranjeras.
Recientemente se ha incrementado dicha biblioteca con un número, entre libros y folletos, de 333, cedidos por los herederos de Don Federico Bordejé, y además con una serie de documentos como planos, dibujos, grabados, fotografías, postales y alzados de castillos, realizados por él, fruto de un trabajo constante de estudio de la castellología; esta cesión queda establecida por un plazo de 25 años.
Finalmente añadir que nuestro trabajo no hubiera sido posible llevarlo a buen término si en las diferentes épocas no hubiéramos encontrado la ayuda de esa serie de personas, ya citadas anteriormente, que han colaborado con gran dedicación y entusiasmo.
A todos nos ha llevado el mismo deseo de cooperar con cuantos lectores acudían a la biblioteca para ampliar sus conocimientos culturales, en este caso, principalmente de la Sección de Castellología, facilitándoles la mayor información que necesitaban para completar los estudios e investigaciones que realizan de esos magníficos monumentos militares medievales, que son los castillos, legado que nos han dejado nuestros antepasados – no siempre en las condiciones que hubiéramos deseado recibir – pero que debemos conservarlos, respetarlos y divulgar su conocimiento, de forma que no se pierda ni un solo testimonio de ese patrimonio que tenemos la obligación de transmitir a las generaciones que nos sucederán, y que a pesar de tantas circunstancias adversas, hoy todavía, los podemos contemplar llenos de historia y de grandeza.
(1) La Junta Directiva de la Asociación estaba compuesta por las siguientes personalidades : Presidente, Excmo. Sr. D. Juan de Contreras y López de Ayala, marqués de Lozoya; vicepresidentes, D. Casto Fernández–Shaw e Ilmo.Sr. D. Valeriano Salas y Rodríguez-Valenzuela; secretario general, D.Jaime Masaveu y Masaveu; secretario adjunto, Ilmo. Sr. D. José Fernando Gutiérrez-Calderón; tesorero, Excmo. Sr. D. Pablo Churruca y Dotres, marqués de Aycinena; contador-Interventor, D. Luis Roy Gonzalo; archivero-bibliotecario, Ilmo. Sr. D. Federico Bordejé y Garcés; vocales, Excmo. Sr. D. Juan Francisco Cárdenas y Rodríguez Riva, Ilmo Sr. D. Angel Dotor y Municio, Excmo. Sr. D. Juan Antonio Gamazo Abarca, D. Arturo Gráu Fernández, Excmo. Sr. D. Joaquín de la Llave y Sierra, Rvdo.Padre Juan R. de Legísima, Excmo. Sr. D. Gregorio Marañón y Posadillo, Ilmo. Sr. D. Antonio Prast y Rodríguez del Llano, Excmo Sr. D. Fernando Gallego de Chaves y Calleja, Ilmo. Sr. D. Mariano Rodríguez de Rivas, Ilmo. Sr. D. Antonio del Rosal, marqués de Sales, Ilmo. Sr. D. José Sanz y Díaz, Ilmo Sr. D. Eugenino Sarrablo y Aguareles y D. Juan Sampelayo y Ruescas; pregonero mayor, Excmo. Sr. D. Federico García Sanchiz.