Por los años 1172-1240 proliferaron al Xarq al-Andalus las torres defensivas de alquería, que protegían la población y la riqueza (dinero, cosechas, ganado en algún caso) resguardándolas en un recinto defendido por una torre esbelta. La alqueria se fortificó contra las incursiones y los saqueos que perpetraron los feudales de una Corona de Aragón en expansión, tanto en vísperas como durante la conquista del territorio valenciano. El Castillo de Alfarp -que controlaba estratégicamente el paso del río Magro, para ir a la Albufera, y el camino islámico de Xàtiva en Llíria- era una de estas torres andalusís, del siglo XII.
Posteriormente, el señorío fue adquirido por Pedro de Centelles en 1.353, quien también se erigió en señor de Alèdua, Catadau y Llombai. Fue una alquería de moriscos hasta su expulsión a principios del siglo XVII. En 1611 después de la expulsión de los moriscos, que comporto un severo despoblamiento, se obtuvo la carta de repoblamiento para 32 cristianos con sus respectivas familias. fueron también sus señores la familia Borja, duques de Gandia, y duque de Osuna, hasta su extinción de los señoríos en 1837.
Tapial
HormigónCal
Tipo estructura:
Simple
Planta:
Topográfica
Elementos arquitectónicos:
Sólo queda una torre del castillo de planta rectangular que debió ser más alta que el actual. Sería como la torre de Espioca (Picassent), de unos 18 m de altura, con la cual comparte algunas características. Estaba coronada por almenas y defendida por una barbacana o antemural perimetral de 3,45 m de altura, similar a la de la torre próxima de Alèdua (Llombai). Es posible que estos refuerzos daten de una reforma del siglo XIII, en vísperas de la conquista feudal. quizás pudiera disponer de algún vallado adyacente o albacar, apto para resguardar ganado.
Cuando Jaime I pactó con los musulmanes de la Ribera su incorporación en el reino colonial y feudal de València, dio el lugar y la torre de Alfarp al hermano del obispo de Zaragoza, el caballero Pero de Montagut (siglo XIII), personaje con recursos suficientes para transformar la torre en «castillo» o fortaleza señorial. A tal efecto, recreció los muros de la barbacana hasta el 4,50 m y los enlazó con la torre con vueltas de cañón. el resultado fue una caja fuerte o granero feudal cúbico (de 12 x 12 m en planta, con la torre despuntando en el centro), donde preservar la tercera parte de las cosechas que la señoría exigía a los vasallos moros, tal y como se observa en un inventario de 1288.
En su base se encuentran varias lápidas de origen romano.
Estado:
Bueno
Medidas correctoras:
Afianzamiento
Restauración:
Parcial
Intervenciones:
En 2021 finalizó la última fase de la recuperación y habilitación de la torre gracias a una subvención para la protección, conservación o recuperación de bienes de patrimonio cultural valenciano y su puesta en valor, cofinanciado por el Programa operativo FEDER de la la Comunidad Valenciana 2014-2020.
Titularidad:
Público
Tipo:
Genérico
Nivel protección:
Monumento
Fecha protección:
2001-09-20 00:00:00
Por los años 1172-1240 proliferaron al Xarq al-Andalus las torres defensivas de alquería, que protegían la población y la riqueza (dinero, cosechas, ganado en algún caso) resguardándolas en un recinto defendido por una torre esbelta. La alqueria se fortificó contra las incursiones y los saqueos que perpetraron los feudales de una Corona de Aragón en expansión, tanto en vísperas como durante la conquista del territorio valenciano. El Castillo de Alfarp -que controlaba estratégicamente el paso del río Magro, para ir a la Albufera, y el camino islámico de Xàtiva en Llíria- era una de estas torres andalusís, del siglo XII.
Posteriormente, el señorío fue adquirido por Pedro de Centelles en 1.353, quien también se erigió en señor de Alèdua, Catadau y Llombai. Fue una alquería de moriscos hasta su expulsión a principios del siglo XVII. En 1611 después de la expulsión de los moriscos, que comporto un severo despoblamiento, se obtuvo la carta de repoblamiento para 32 cristianos con sus respectivas familias. fueron también sus señores la familia Borja, duques de Gandia, y duque de Osuna, hasta su extinción de los señoríos en 1837.