El aparejo visible de la muralla del barrio Moro es igual que el del alcázar (formando ambos el mismo conjunto defensivo), por lo que su construcción debió de ser contemporánea, a finales del siglo VIII o dentro del IX. Posteriormente se documentan diversas reconstrucciones y reparaciones medievales cristianas de la muralla. Es posible que este barrio tuviese población musulmana hasta el siglo XVI, cuando fueron expulsados los moriscos, fecha en la que la mezquita se convertiría en la ermita de los Desamparados. Para entonces la muralla debía estar ya abandonada y empezaban a adosarse viviendas. En época de Felipe II se construyó el puente de sillería sobre el foso por el que se accede actualmente al barrio frente al Palacio de los Castejones.
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