En 1555 las religiosas consiguieron la autorización para trasladarse desde Santa Cruz de la Serós a Jaca, estableciendose en lo que quedaba del alcazar real, junto al templo de San Ginés, que les sirvió de iglesia. Pronto comenzaron las obras para construir un edificio ad hoc, con las dependencias fundamentales alrededor de un espacioso claustro. La iglesia, de la que queda el hastial N del crucero, que destaca de la amplia fachada que da a la calle Mayor, la puerta O la parte baja del ábside y la cripta, fue dotada de un gran campanario. En la época que se levantó la torre, no se libró del afan de fortificar los edificios más relevantes, el ábside tendría pretil almenado, puesto que flanqueaba la puerta de San Ginés. En los tres primeros cuerpos se abren aspilleras, hasta un total de 11.
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