Los primeros datos sobre el castillo de Tossa se refieren al año 1187 en la carta pobla de la población. En 1189 Alfonso el casto ordenó que cualquiera que pescara en el término del castillo de Tossa debería pagar tributo al monasterio de Ripoll. Es de señalar que en 1420 los pescadores se niegan a pagar el tributo de pesca, denominado “castellatge del peix” al monasterio de Ripoll, si este no prestaba a cambio los debidos servicios de vigilancia del castillo. El castillo de Tossa fue muy importante por el papel decisivo de defensa frente a los piratas y invasiones. Por su situación podía defender la bahía. El castillo, fue convertido después en molino y derruido en 1917, al construirse el faro actual.
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