El ingeniero Ignacio Sala analizò este espigòn en 1734,criticando su fàbrica porque lo proyectò Diego Bordick sin haber sopesado el cambio de situaciòn de la contraguardia, y porque su frente y cabeza de la contraguardia formaban un àngulo muerto sin capacidad de defensa alguna.Veìa inoperante, pues, su construcciòn.El ingeniero Ordinario Diego Cardoso calculaba en abril de ese año que este espigòn podrìa culminarse en tres meses.Segùn el Comisario Provincial de Artillerìa Clairac, a mediados de marzo de 1738 el espigòn disponìa de una baterìa baja con doce cañones del calibre doce, una baterìa cubierta con dos cañones del calibre cuatro, y su caballero con cuatro piezas del calibre cuatro,dirigiendo dicho espigòn sus fuegos a todo el ataque de la parte oriental de la plaza, resultando conveniente acomodarle artillerìa del calibre diecisèis para poder contrabatir las baterìas marroquìes que se levantasen en su frente. El Ingeniero Director,Jerònimo Amici, hizo relaciòn a mediados de abril de 1753 del estado que presentaba el espigòn, de las causas de la ruina que amenazaba la parte màs adelantada en el mar, asì como del mètodo por èl propuesto para repararlo:criticaba su emplazamiento por estar enfilado desde la baterìa enemiga del Morro de la Viña, al igual que su remate en cabeza disponiendo de un caballero dotado con baterìa alta y baja no se justificaba, habida cuenta de que por su lado costero no precisaba cubrirse de ninguna enfilada, asì como tampoco dominaba los terrenos del frente de la plaza.El ingeniero Miguel Juàrez hizo relaciòn a finales de noviembre de 1787 de que bajo su terraplèn se hallaban dos almacenes a prueba de bomba, que al presente estaban desocupados.Sufriò modificaciones en un proyecto de 1805, y finalmente fue demolido..
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