Fue erigido a mediados del siglo XVI sobre la pequeña montaña de Santa Ana que recibía ese nombre por existir allí una ermita bajo esa advocación. Su construcción se atribuye a Francesc Gilabert de Centelles, III conde de Oliva.
La edificación de esta fortaleza pudo estar motivada por la seria amenaza que constituían los piratas turcos y berberiscos para las poblaciones del litoral que, en ocasiones, recibían visitas inesperadas de tan temidos enemigos quienes ejercían todo tipo de violencias sobre sus habitantes: robos, destrucción de cosechas, incendios, toma de cautivos, ... en unas poblaciones que carecían de medios para hacerles frente.
Sin embargo en 1575 el castillo no debió ser del gusto de Vespasiano Gonzaga, virrey de Valencia, a quien Felipe II había encargado un estudio para fortificar el litoral y defenderlo de posibles ataques piratas, ya que Gonzaga habla en estos términos de Oliva y su castillo: "Oliva es lugar mal cercado con cubillos antiguos. Y tiene morería no cercada. Dentro ay gente de lustre y castillo en el lugar (debe referirse al Palacio Ducal que estaba dentro del casco urbano del pueblo y del que hoy restan algunas partes), que es más casa llana. En lo alto sobre montecillo tiene otro castillo (este si que es el de Santa Ana) de poca substancia que de muro gruesso y nuevo es a manera de tabla cuadrada con dos cubos redondos en las dos esquinas. Tiene poco agua dentro, y aunque procuraron de tener pozo no llegaron donde era necessario, cosa es de poco fundamento; tiene algunas piezas de metal buenas del propio Señor y una media culebrina que a no estar sentida era muy gentil pieza y bien labrada; está un tercio de lengua de mar".
Un nuevo informe emitido por el mismo Gonzaga en 1585 nos habla del armamento que había en Santa Ana en esa fecha. El castillo disponía de siete piezas: media culebrina, dos sacres, dos medios sacres y dos morteros. Como munición tenía 500 piezas de hierro y 30 piedras para morteros. En ese mismo documento se detalla como el castillo estaba inacabado pues si bien el cubo situado hacia el sudeste (el que mira al mar y a la ciudad) estaba completo, al otro, el que estaba orientado hacia el noroeste, le faltaban las bóvedas y el parapeto.
El castillo de Santa Ana estuvo activo durante todo el siglo XVII.
Desde el castillo asentado sobre la montaña de Santa Ana se ve perfectamente el mar, situado a unos tres kilómetros en línea recta. Desde su ubicación se domina además una buena parte de la localidad de Oliva, sobre todo el Raval o morería que es el barrio más cercano a la fortaleza y que era necesario vigilar, pues sus habitantes moriscos ayudaban en ocasiones a los piratas y se temía que pudieran protagonizar alguna revuelta. De este modo el Raval quedaba encerrado entre el Palacio Ducal (la casa llana del informe de Gonzaga), las murallas de la ciudad de las que en la actualidad restan algunos vestigios, y el castillo de Santa Ana.
Por tanto, el castillo obedece a un conjunto de intereses como la voluntad del señor renacentista de fortificar la ciudad y sus estados, la necesidad de la defensa de los territorios costeros de las continuas incursiones berberiscas y las revueltas del colectivo morisco.
Mampostería
Tipo estructura:
Simple
Planta:
Rectangular
Elementos arquitectónicos:
El edificio es de planta rectangular con lados que miden aproximadamente 43 metros y medio por 35. Dos de sus esquinas presentan enormes baluartes circulares en los que se abren varias cañoneras, hoy cegadas. Uno de los baluartes está orientado hacia el noroeste para controlar el camino de acceso a la fortaleza, mientras que desde el otro, orientado al sudeste, se tiene una visión del pueblo y de la costa.
El acceso al interior de la fortaleza se hace a través de una puerta acodada en rampa situada entre dos muros, por lo que en realidad forma un pasillo.
En el interior aún puede verse el aljibe, de regulares proporciones, y prácticamente tapado por los escombros el arco de entrada al baluarte del sudoeste. El resto está arrasado. Unos altos paredones correspondientes a los restos de una nueva ermita de Santa Ana que se edificó una vez que el castillo dejó de tener uso militar, y unas antenas, completan el panorama que puede apreciarse en el interior del recinto.
Estado:
Ruina Progresiva
Causas del deterioro:
Desmontes urbanos
Uso actual:
Repetidor T.V.
Fue erigido a mediados del siglo XVI sobre la pequeña montaña de Santa Ana que recibía ese nombre por existir allí una ermita bajo esa advocación. Su construcción se atribuye a Francesc Gilabert de Centelles, III conde de Oliva.
La edificación de esta fortaleza pudo estar motivada por la seria amenaza que constituían los piratas turcos y berberiscos para las poblaciones del litoral que, en ocasiones, recibían visitas inesperadas de tan temidos enemigos quienes ejercían todo tipo de violencias sobre sus habitantes: robos, destrucción de cosechas, incendios, toma de cautivos, ... en unas poblaciones que carecían de medios para hacerles frente.
Sin embargo en 1575 el castillo no debió ser del gusto de Vespasiano Gonzaga, virrey de Valencia, a quien Felipe II había encargado un estudio para fortificar el litoral y defenderlo de posibles ataques piratas, ya que Gonzaga habla en estos términos de Oliva y su castillo: "Oliva es lugar mal cercado con cubillos antiguos. Y tiene morería no cercada. Dentro ay gente de lustre y castillo en el lugar (debe referirse al Palacio Ducal que estaba dentro del casco urbano del pueblo y del que hoy restan algunas partes), que es más casa llana. En lo alto sobre montecillo tiene otro castillo (este si que es el de Santa Ana) de poca substancia que de muro gruesso y nuevo es a manera de tabla cuadrada con dos cubos redondos en las dos esquinas. Tiene poco agua dentro, y aunque procuraron de tener pozo no llegaron donde era necessario, cosa es de poco fundamento; tiene algunas piezas de metal buenas del propio Señor y una media culebrina que a no estar sentida era muy gentil pieza y bien labrada; está un tercio de lengua de mar".
Un nuevo informe emitido por el mismo Gonzaga en 1585 nos habla del armamento que había en Santa Ana en esa fecha. El castillo disponía de siete piezas: media culebrina, dos sacres, dos medios sacres y dos morteros. Como munición tenía 500 piezas de hierro y 30 piedras para morteros. En ese mismo documento se detalla como el castillo estaba inacabado pues si bien el cubo situado hacia el sudeste (el que mira al mar y a la ciudad) estaba completo, al otro, el que estaba orientado hacia el noroeste, le faltaban las bóvedas y el parapeto.
El castillo de Santa Ana estuvo activo durante todo el siglo XVII.
Desde el castillo asentado sobre la montaña de Santa Ana se ve perfectamente el mar, situado a unos tres kilómetros en línea recta. Desde su ubicación se domina además una buena parte de la localidad de Oliva, sobre todo el Raval o morería que es el barrio más cercano a la fortaleza y que era necesario vigilar, pues sus habitantes moriscos ayudaban en ocasiones a los piratas y se temía que pudieran protagonizar alguna revuelta. De este modo el Raval quedaba encerrado entre el Palacio Ducal (la casa llana del informe de Gonzaga), las murallas de la ciudad de las que en la actualidad restan algunos vestigios, y el castillo de Santa Ana.
Por tanto, el castillo obedece a un conjunto de intereses como la voluntad del señor renacentista de fortificar la ciudad y sus estados, la necesidad de la defensa de los territorios costeros de las continuas incursiones berberiscas y las revueltas del colectivo morisco.
A.Ruibal: "Castillos de Valencia". Ed. Lancia 1998
Información turística:
Visitable
Horario de visitas:
libre
Observaciones información turística:
No acondicionado para visita turística, que si se hace, es bajo responsabilidad propia. Riesgo de caídas.
19.IX-2021
Autor: Rafael Moreno García Archivo / Depósito: A.E.A.C.
Autor: Pablo Schnell Quiertant Archivo / Depósito: AEAC
Autor: Pablo Schnell Quiertant Archivo / Depósito: AEAC
Autor: J. Antonio Ruibal Gil Archivo / Depósito: A.E.A.C.