Fue mandado demoler hasta los cimientos al terminar la Guerra de Sucesión Castellana (1475-1479) por Isabel la Católica en un acto vengativo, pues el señor de Melgar era partidario de la Beltraneja, bando perdedor de la contienda, quedando el castillo arrasado y olvidado.
Fue mandado demoler hasta los cimientos al terminar la Guerra de Sucesión Castellana (1475-1479) por Isabel la Católica en un acto vengativo, pues el señor de Melgar era partidario de la Beltraneja, bando perdedor de la contienda, quedando el castillo arrasado y olvidado.