El edificio principal de la hacienda que dio lugar al pueblo de Roda fue construido entre 1610 y 1620, sobre otra anterior de finales del siglo XV. Al proceder en 1997 a la restauración de la parte noble se encontraron restos de terrazo del antiguo pavimento datado en el primer tercio del siglo XVIII, y se demostró que los muros exteriores que dan al jardín, de unos 70 centímetros de grosor en la planta baja, están asentados sobre otros de muy antigua fábrica, cuyo grupo superior a un metro revela que el anterior edificio del siglo XV era, básicamente, una fortaleza. El asentamiento en estos parajes, dada la inestabilidad de la zona por los ataques berberiscos, era de una población dispersa, en casas de labranza defensivas, cercanas a torres de defensa que en momentos de asedio daban cobijo a los labradores de los caseríos próximos y a los pastores que buscaban el sur en el otoño. Desde la primera planta de la Casa Grande, con una portada del siglo XVIII en forma de retablo, se accede a un gran patio central y a una casona coronada por una torre, que se comunica exteriormente con la ermita de Roda, cuya construcción se atribuye a Jaime Bort. En su interior hay varias imágenes y dos espléndidos óleos de Mariano Ballester.
El edificio principal de la hacienda que dio lugar al pueblo de Roda fue construido entre 1610 y 1620, sobre otra anterior de finales del siglo XV. Al proceder en 1997 a la restauración de la parte noble se encontraron restos de terrazo del antiguo pavimento datado en el primer tercio del siglo XVIII, y se demostró que los muros exteriores que dan al jardín, de unos 70 centímetros de grosor en la planta baja, están asentados sobre otros de muy antigua fábrica, cuyo grupo superior a un metro revela que el anterior edificio del siglo XV era, básicamente, una fortaleza. El asentamiento en estos parajes, dada la inestabilidad de la zona por los ataques berberiscos, era de una población dispersa, en casas de labranza defensivas, cercanas a torres de defensa que en momentos de asedio daban cobijo a los labradores de los caseríos próximos y a los pastores que buscaban el sur en el otoño. Desde la primera planta de la Casa Grande, con una portada del siglo XVIII en forma de retablo, se accede a un gran patio central y a una casona coronada por una torre, que se comunica exteriormente con la ermita de Roda, cuya construcción se atribuye a Jaime Bort. En su interior hay varias imágenes y dos espléndidos óleos de Mariano Ballester.
. Alonso Navarro, Serafín: Libro de los Castillos y fortalezas de la Región de Murcia. Asociación Española de Amigos de los Castillos, Murcia, 1990, pag. 139 . http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=a,677&r=MuP-171-DETALLE_GUIA_BASICA . http://eventosdospuntocero.com/hacienda-de-roda/
Autor: José Antonio Ruibal Gil Archivo / Depósito: A.E.A.C.