La muralla se construye en el siglo XIV para asegurar a la población de posibles ataques. El crecimiento urbano continúa, expandiéndose la villa alrededor de las murallas, creándose dos nuevos barrios. Si bien serán continuos los enfrentamientos entre la población ripollesa y la abadía, entre los siglos XVI y XVIII se vivirá un nuevo momento de esplendor económico gracias a los trabajos del hierro, especialmente las armas de fuego. Este panorama se mantendrá hasta principios del siglo XIX. Durante la Guerra de la Independencia, los ripollenses consiguieron independizarse del poder del abad, al que estaban sujetos desde el siglo IX. El golpe definitivo que pone fin a la hegemonía del monasterio se produce durante la Primera Guerra Carlista y la Desamortización de Mendizabal. El abad y los monjes abandonaron el monasterio y el recinto monástico fue saqueado e incendiado. En 1835 el comandante carlista Carlos de España ataca y ocupa la población, incendiando casas y puentes, reduciendo la población en un tercio. Una vez acabado el conflicto, buena parte de los habitantes que habían huido regresaron a sus hogares, reconstruyendo sus casas con piedras procedentes del monasterio. En la segunda mitad del siglo XIX un nuevo horizonte se abre para Ripoll al crearse un buen número de fábricas textiles, lo que traerá consigo importantes reformas urbanísticas y un considerable aumento de población.
Mampostería
Tipo estructura:
Simple
Elementos arquitectónicos:
Muralla de mamposteria que conserva algunas torres circulares
Estado:
Recinto que conserva algunos elementos
Medidas correctoras:
Excavación
Titularidad:
Público
La muralla se construye en el siglo XIV para asegurar a la población de posibles ataques. El crecimiento urbano continúa, expandiéndose la villa alrededor de las murallas, creándose dos nuevos barrios. Si bien serán continuos los enfrentamientos entre la población ripollesa y la abadía, entre los siglos XVI y XVIII se vivirá un nuevo momento de esplendor económico gracias a los trabajos del hierro, especialmente las armas de fuego. Este panorama se mantendrá hasta principios del siglo XIX. Durante la Guerra de la Independencia, los ripollenses consiguieron independizarse del poder del abad, al que estaban sujetos desde el siglo IX. El golpe definitivo que pone fin a la hegemonía del monasterio se produce durante la Primera Guerra Carlista y la Desamortización de Mendizabal. El abad y los monjes abandonaron el monasterio y el recinto monástico fue saqueado e incendiado. En 1835 el comandante carlista Carlos de España ataca y ocupa la población, incendiando casas y puentes, reduciendo la población en un tercio. Una vez acabado el conflicto, buena parte de los habitantes que habían huido regresaron a sus hogares, reconstruyendo sus casas con piedras procedentes del monasterio. En la segunda mitad del siglo XIX un nuevo horizonte se abre para Ripoll al crearse un buen número de fábricas textiles, lo que traerá consigo importantes reformas urbanísticas y un considerable aumento de población.