Debió ser conquistada junto a los territorios de Riópar y San Vicente, aunque las crónicas no dan dato alguno. Siempre se ha tenido constancia de sus restos, como prueban los escritos de Lorenzana a finales del siglo XVIII, en los cuales señala que “sólo se conservan algunas ruinas de un castillo que parece que sirvió de atalaya” (1782).