Municipio Aragonés amurallado que se alza a una altitud de 469 m.s.n.m., en la confluencia de los ríos Ésera e Isabena, al sur de la Comarca de Ribagorza, dista 80 Km. de la capital de Huesca y cuenta con una población de 3 605 habitantes. Tras el paso del Islam, Graus fue reconquistado por los cristianos en el 1083 por Sancho Ramírez en la batalla de Graus, tras la muerte en 1064 de Ramiro I en el sitio de Graus. Fue cedida al monasterio sobrarbense de San Victorián de Asán, para que éste se encargase de su reconstrucción y repoblación otorgando para ello importantes privilegios a todos aquellos que poblasen Graus. Después el monarca Pedro II le concedió a la villa el título de «Muy Noble y Muy Antigua» que conserva hasta la actualidad. Un hecho fundamental para la tradición local se produjo en el año 1415 cuando, de camino hacia Francia, visitó la villa el dominico valenciano fray Vicente Ferrer, posteriormente canonizado, quien, al parecer, recaló en Graus invitado por Berenguer de Bardaxi, ambos habían sido compromisarios tres años antes en Caspe, donde se resolvió de manera pacífica el difícil problema sucesorio de la Corona de Aragón.
Municipio Aragonés amurallado que se alza a una altitud de 469 m.s.n.m., en la confluencia de los ríos Ésera e Isabena, al sur de la Comarca de Ribagorza, dista 80 Km. de la capital de Huesca y cuenta con una población de 3 605 habitantes. Tras el paso del Islam, Graus fue reconquistado por los cristianos en el 1083 por Sancho Ramírez en la batalla de Graus, tras la muerte en 1064 de Ramiro I en el sitio de Graus. Fue cedida al monasterio sobrarbense de San Victorián de Asán, para que éste se encargase de su reconstrucción y repoblación otorgando para ello importantes privilegios a todos aquellos que poblasen Graus. Después el monarca Pedro II le concedió a la villa el título de «Muy Noble y Muy Antigua» que conserva hasta la actualidad. Un hecho fundamental para la tradición local se produjo en el año 1415 cuando, de camino hacia Francia, visitó la villa el dominico valenciano fray Vicente Ferrer, posteriormente canonizado, quien, al parecer, recaló en Graus invitado por Berenguer de Bardaxi, ambos habían sido compromisarios tres años antes en Caspe, donde se resolvió de manera pacífica el difícil problema sucesorio de la Corona de Aragón.
CASTÁN, Adolfo, Arquitectura militar y religiosa de Sobrarbe y Serrablo meridional, ss XI-XIII, Colección de Estudios Altoaragoneses, n.º 25, Zaragoza, 1988.