Las Fortificaciones de Fillaboa están incluidas en uno de los sistemas defensivos que enfrentaban las poblaciones fronterizas de Salvaterra-Monçao en el tramo del río Miño correspondiente a la comarca de Condado-Paradanta. Se trata de un sistema con varias tipologías. Por una parte, es un sistema par ya que enfrenta a las plazas de Salvaterra y de Monçao, cada una en una orilla del río. Por otro lado, se trata de un sistema viario ya que controla el paso entre dos sistemas como son los de Salvaterra y Tui. Además, algunas de sus fortificaciones podían catalogarse como secundarias dado que se encuentran alejadas del río protegiendo zonas de interior. Este sistema lo componen varias edificaciones. En la ribera gallega lo representan la fortaleza de Salvaterra, el castillo de Santiago de Aytona, la atalaya de la Estrella, los fuertes de Fillaboa y la Atalaya de San Pablo de Porto. En la parte portuguesa, lo forman la Plaza-Fuerte de Monçao y la torre de Lapela. Todas estas fortificaciones se encuentran en el contexto histórico de la Guerra de Restauración Portuguesa que se inicia en 1640 con la proclamación de Joao IV como rey de Portugal y termina con la independencia del país vecino tras firma de Tratado de Lisboa en 1668. El origen de estas fortificaciones es la toma y construcción de la Plaza de Salvaterra por los portugueses. Para evitar que ocuparan más territorio gallego y, en concreto, evitar la toma de Tui -en donde se encontraba la Capitanía General de Galicia-, se construyen una serie de fortificaciones rodeando la plaza de manera que los portugueses no pudieran invadir nuevas zonas al norte del Miño. Las fortificaciones de Fillaboa suponían una barrera hacia Tui al oeste de Salvaterra.
LinkedIn