Esta fortificación fue diseñada por el Ingeniero Militar Diego de Bordick en 1735 y aún podemos observar sobre el terreno su traza. Formaba parte d el sistema exterior de defensa de la ciudad desde su acceso sur por el camino de Andalucía. Fue tomado por Wellington en 1812, y le sirvió como base logística en sus primeros bombardeos a los baluartes de Santa María y Trinidad, donde logró abrir sendas brechas. Actualmente solo quedan algunas piedras en ruinas.
Tipo estructura:
Simple
Planta:
Poligonal
Elementos arquitectónicos:
La traza del reducto es triangular cerrando la gola una tapia aspillerada en forma de hornabeque. Se conservan restos de su flanco derecho, donde aparecen varias de las habitaciones,
casamatas, articuladas con bóvedas de cañón, y la escarpa de este sector , dejando al descubierto su relleno de tierra que, falto de sustentación, se cae haciendo desaparecer esta obra.
Se unía al fuerte de San Roque -su auténtica denominación es revellín de la Trinidad- por un camino cubierto reforzado con una estacada que cerraba toda penetración por la margen derecha del mencionado Rivillas, contribuyendo a ensanchar la Plaza y por tanto a alejar el ataque posible del centro de la ciudad, este camino también servía de protección para la fuente del Rivillas, próxima al puente de San Roque.
Estado:
Ruina Progresiva
Observaciones de conservación:
En la actualidad solo quedan algunas edificaciones en estado semi-ruinoso
Tipo:
Yacimiento arqueológico - Catalogado PGOU
Esta fortificación fue diseñada por el Ingeniero Militar Diego de Bordick en 1735 y aún podemos observar sobre el terreno su traza. Formaba parte d el sistema exterior de defensa de la ciudad desde su acceso sur por el camino de Andalucía. Fue tomado por Wellington en 1812, y le sirvió como base logística en sus primeros bombardeos a los baluartes de Santa María y Trinidad, donde logró abrir sendas brechas. Actualmente solo quedan algunas piedras en ruinas.