Poblado fortificado, generalmente de cronología prehistórica, protohistórica o romana. Este tipo de hábitat tiene su origen en el Bronce Final-Hierro I, sus ejemplares más acabados son de la II Edad del Hiero o romanos y pervive en algunos casos hasta la Alta Edad Media.
Las defensas son en ocasiones muy aparatosas (líneas consecutivas de fosos, murallas, campos de piedras hincadas...).
Aunque estos asentamientos se dan en todas las culturas protohistóricas de la península, los del noroeste son tan característicos que dan el nombre de Cultura Castreña al periodo en la zona.