A falta de estudios arqueológicos cabe especular con la posibilidad de que el castillo de la Aragonesa se construyera en tres fases diferentes: la más antigua, quizás almohade (s. XII), correspondería a los muros de tapial; después, en época indeterminada, se añadirían los cubos cilíndricos de mampostería situados en las esquinas, aunque Eslava Galán opina que se levantaron a la vez que los muros de tapial; por último tras la conquista del castillo, los cristianos construirían la torre del homenaje entre finales del s. XIII o principios del XIV.
En tiempos más modernos el castillo fue transformado para convertirlo en un cortijo, para ello se derribaron parcialmente algunos muros, se añadieron nuevas construcciones en los lados norte y este, y se compartimentó el patio, donde se establecieron dependencias agrícolas y domésticas.
Tapial
Mampostería
Sillarejo
Tipo estructura:
Simple
Planta:
Rectangular
Elementos arquitectónicos:
Permanece completo el recinto de pequeñas dimensiones con la torre del homenaje y cubos en las esquinas unidos por lienzos. En el siglo XIX se le adosó un cortijo. Todo el conjunto permanece actualmente en ruinas. No se aprecian vestigios de defensas exteriores.
Estado:
Ruina Progresiva
Observaciones de conservación:
Hace tan sólo unos meses lo adquirió el ayuntamiento con la intención de restaurarlo, pero por el momento (octubre del 2023) no se ha actuado en la fortaleza.
A falta de estudios arqueológicos cabe especular con la posibilidad de que el castillo de la Aragonesa se construyera en tres fases diferentes: la más antigua, quizás almohade (s. XII), correspondería a los muros de tapial; después, en época indeterminada, se añadirían los cubos cilíndricos de mampostería situados en las esquinas, aunque Eslava Galán opina que se levantaron a la vez que los muros de tapial; por último tras la conquista del castillo, los cristianos construirían la torre del homenaje entre finales del s. XIII o principios del XIV.
En tiempos más modernos el castillo fue transformado para convertirlo en un cortijo, para ello se derribaron parcialmente algunos muros, se añadieron nuevas construcciones en los lados norte y este, y se compartimentó el patio, donde se establecieron dependencias agrícolas y domésticas.
"Fortines bereberes en al-Andalus. Juan Eslava Galán. Cuadernos de Estudios Medievales y Ciencias Técnicas historiográficas nª. 14-15, 1985-1987. pp. 97-113.