Arrasado por Abderrahman I en 781, fue luego fue de los Banu Qasi.Tras pasar la barrera roquera de Islallana, en la carretera de Logroño a Soria, aparecen a nuestra derecha, horadados en la roca, las cuevas y las entalladuras que sujetaban la armadura de madera, de un castillo altomedieval. Más adelante, y a mano izquierda, es decir en la orilla derecha del Iregua, se levanta una imponente roca de conglomerado en forma de tetraedro, que sirve de base al desconocido pero importante castillo histórico de Viguera. La forma del roquedal sobre el que se apoya el castillo, hace que sean innecesarias murallas laterales, por lo que sólo existe una cortina sobre la parte baja del plano inclinado del lado del tetraedro que hace la base. Ésta presenta un quiebro en el centro, y dos torreones semicirculares adosados en uno de sus extremos. Todo este muro y los torreones estuvieron recubiertos de magnífica sillería, de la que quedan bastantes indicios. Un camino corto conduce a la cisterna, excavada en la roca, y otro, de fuerte pendiente, no apto para personas con vértigo, a la parte superior, donde se encuentra la torre circular de tipo musulmán, de seis metros de diámetro. Cerca de ella se encuentra un edificio rectangular de mampostería, también construcción musulmana. En tiempos del rey Fortún Garcés de Pamplona, que había permanecido veinte años como rehén en Córdoba, donde recibió educación cortesana y no militar, la fortaleza de Viguera pertenecía a los Banu Qasi. Muhammad ibn LBU. Tenía a finales del siglo IX, en Viguera, una de sus bases militares más inespugnables, y en ella mandó encerrar a su tío Ismael y a sus sobrinos, cuando los capturó tras la batalla de Calahorra en 882. Pocos años después el mismo Muhammad reconstruyó el castillo de Viguera.
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