Queridos socios y amigos.
Cumplo con estas letras, lo que considero un deber de respeto al colectivo de miembros de la AEAC, cual es el de informaros del final de mi trabajo en la sección de actos culturales.
Lejana queda ya aquella fecha del seis de Septiembre de 2010, en la que al hacerme cargo de la correspondiente vocalía, os dirigí unas letras de presentación, tanto personal como de proyectos de actuación.
Sin embargo, a pesar de los más de cuatro años transcurridos desde entonces, debo reconocer que ese intervalo de tiempo, me ha parecido más breve. Eso suele suceder, dicen, cuando lo que se hace, está presidido por la ilusión.
Precisamente en aquella carta de presentación, os prometía eso, ilusión y entrega a mi nuevo cometido. Ahora, en el momento del hasta luego, mirando hacia atrás veo con gozo el camino recorrido, repleto de promesas cumplidas.
Creo que fue Benavente quien dijo que la modestia, cuando no es sincera, es peor pecado que el de soberbia. Tenía razón. Así ahora, deteniendo esa mirada en el tiempo, puedo decir, sin esa soberbia oculta tras bellas palabras de falsa humildad, que me siento muy orgulloso de que durante estos cuatro años, nuestra Asociación haya estado al máximo nivel cultural, en relación a cualquier otra entidad o cualquier otro foro del país.
Con pesar veo, sin embargo, el no haber podido evitar que la permanencia en esa cima fuese silenciosa, una de cuyas consecuencias ha sido el que no haya tenido el reconocimiento exterior que yo hubiese querido, para que así hubiera servido, entre otros logros, de vehículo para traer nuevos miembros a la Asociación. Hecho este que no se ha producido. Seguramente las circunstancias, no me han permitido cumplir aquello de “estar en el sitio oportuno, en el momento oportuno”.
Sin duda, como en toda actividad humana, ha habido errores. Pero con la frente alta os digo, que los mismos se han cometido ¡Pensando!, y buscando la superación, aunque esta no fuese imprescindible.
A pesar de la satisfacción interior por el trabajo realizado, creo que cuatro años es un periodo aceptable de tiempo para hacer una pausa, y replantearse objetivos y métodos.
Por supuesto seguiré siendo socio protector de la AEAC, y colaborando, en la medida de mis posibilidades y disponibilidad, con la misma.
Al terminar, quiero expresar mi agradecimiento personal, a todos cuantos han hecho lo que les fue humanamente posible por ayudarme en el cumplimiento de mis promesas iniciales. Especialmente a ese grupo de personas que siempre han apoyado con su presencia el desarrollo de la vida cultural de nuestra Asociación, y mi esfuerzo. Apoyo que me ha llegado en tardes de frío o calor, con calma social o con agitación callejera; y en general con circunstancias desfavorables.
Tened por cierto, todos los componentes de la AEAC, que para mí ha sido un privilegio trabajar para nuestro colectivo. Y que estos cuatro años, transcurridos en el empeño más arriba citado, dejan una bonita huella en mi vida.
Como hice al inicio de mi actividad, os pido toda la colaboración y ayuda posible, para quien conduzca esa sección tan importante en cualquier entidad que aspire verdaderamente a ser grande, como es la de difusión de la Cultura.
Recibid un cordial abrazo, y mi más cálido deseo de FELIZ NAVIDAD 2014 Y EXCELENTE AÑO 2015
Antonio López